domingo, 22 de septiembre de 2013

Caricia levantina


La Playa
De arena fina y dorada, agua cristalina verde esmeralda cuando yo la conocí, cuando la vi por primera vez hace ya veinte años, concluí entonces que tenía que ser “mi playa”, posesivo instinto de conservación si lo que te rodea es un paisaje naturalmente bello y del que se alimenta la vana ilusión de que tu respeto y admiración hacia ella la mantendrá inalterable.



Dunas del Carabassí  frente al mar Mediterráneo
El mar tenía paisaje, en primer término las Dunas del Carabassí, paraje integrado en el humedal mediterráneo de saladares y charcas de Balsares y Clot de Galvany; Atrás las laderas verdes de pino y lentisco, y los barrancos del Cabo de Santa Pola, Tabarca a un lado, al otro los Arenales del Sol y desde el mismo punto, entre neblina, allá al fondo Alicante.


Barrancos del Cabo de Santa Pola, al fondo el Faro


Al norte Arenales del Sol, y lejana , Alicante
Era salvaje, si paseabas descalza por la arena, veías gustosamente alerta las ondulaciones que una culebra de escalera había dibujado en la propia arena poco antes del amanecer para refugiarse entre su matorral preferido, la bufalaga hirsuta, de color verde y amarillo torno leñoso.


Culebra de escalera (Rhinechis scalaris)
Wikispecies

Me gusta esta foto de la Bufalaga hirsuta,
y es igual que la de mi playa levantina.
Viquipèdia:  Exemplar de Calvi (Còrsega)
El barrón tanto como el esparto, ayudaba a sostener las dunas más inquietas del ecosistema móvil, de auténticas montañas de arena.

Barrón (Ammophila arenaria) Wikipedia
Salvaje porque entre habitantes y foráneos, el número de los que la visitábamos no era significativo para la balanza con el medio natural. Hace trece años, todavía podías llegar a la playa del Carabassí como si de una excursión se tratara; bucólico entrar con el coche lentamente por el camino despejado entre dunas, aparcando en una explanada de tierra y, bártulos en mano, hacer equilibrio en la rudimentaria pasarela de madera, en la que no cabíamos viandantes de ida y vuelta a la vez, mientras oteando aquí y allá por el parque dunar, te maravillabas contigo mismo como observador de los recién brotados lirios de mar, sutil floración de siempre, de todos los veranos. 


Lirio de mar
O al finalizar la mañana playera, la vuelta farfullando que ya habían robado la porción final de andador que te acercaba al coche sin hundir pies en la arena después de haberlos lavado con el agua traída en el cubito de playa porque no había lavapiés, mucho menos duchas. 

Sí, era una playa virgen hasta el año dos mil, momento en que comenzó a crecer hasta no distinguirse, la antigua urbanización de Gran Alacant con la de Costa Hispania. Tres frentes contra el Carabassí. Aunque la ordenación y conservación del sistema litoral correspondía a Elche, una delgada línea lo separaba de Santa Pola que optó por la especulación urbanística y un tercero, en menor medida, se presentaría por sorpresa en la posterior ampliación urbana de los Arenales del Sol desde Elche. 

Temí desde ese momento en que el equilibrio cero de la casa consistorial de Santa Pola, con tantísimas casas como decide crear, me han dicho que es como el anuncio de ir a Lugo en taxi: ¡son diez mil! casas para europeos, jalonando de cemento el humedal mediterráneo, donde descansan o nidifican multitud de aves, nuestro Clot a la distancia de un dedal con las Dunas, penosamente, como hojas caídas en un otoño sin viento y sin lluvia que de ahí se las lleve y las transforme en estiércol.


Dunas de Carabassí, pobladas de pinos y lentisco
En el año 2010,  se colocó un vallado rústico para protegerlas 
Por aquel entonces pensé que mi playa y sus dunas se esfumarían como arena de reloj en mis manos.
Y esta pasarela peatonal pivotada, que ordena el acceso a la playa a la vez que
se airean y mueven las dunas y la fauna. 
Vallado rústico de las dunas

Así y todo, lo que se esfumó fue una parte de mis vaticinios, al recibir una noticia que iba a afectar al lugar positivamente, a estas alturas del desaguisado: En la Editorial del boletín informativo del Paraje Natural Municipal Clot de Galvany, número 11, correspondiente a mayo de 2008, la tardía
pero clara sensibilidad del Ayuntamiento de Elche propuso y comunicaba las mejoras que se iban a emprender para su conservación (acometidas y financiadas por la Dirección General de Costas) informando que la franja litoral también iba a ser objeto de actuación, eliminando aparcamientos y accesos incontrolados de vehículos y estableciendo nuevos aparcamientos en zonas menos sensibles, adecuando accesos peatonales a las playas desde los mismos, colocando un vallado rústico de madera para evitar accesos por lugares inadecuados y la instalación de pasarelas peatonales pivotadas sobre la arena para no obstaculizar la libre circulación de la misma y de la fauna. Elche aplicó el lema de "Haz el bien y no mires a quien". Ahora ya no es tan salvaje pero un paraje tan complejo y completo como en su día lo fuera, todavía se ve natural aunque se mezcle con la Torre de Babel de la ciudad de vacaciones de Europa,todos los veranos y otro medio de los Arenales.

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